LA EDICIÓN DE MARZO 2021 RECOMIENDA UN VIAJE PARA CONOCER EL ENOTURISMO DE MALLORCA.
EL ABONO VERDE EN LA FINCA BINIAGUAL
La diversidad agrícola y paisajística de la Finca Biniagual con viñas, cítricos, olivos, almendros, cereales, ovejas… no solo es bonita, sino sumamente ecológica. Las palabras claves son policultivo, biodiversidad y agricultura circular.
Una de las principales características de la Finca Biniagual es su agricultura variada. En un área de 170 hectáreas, se encuentran viñas, campos de pasto para nuestras ovejas, olivares, plantaciones de cítricos, almendros y algarrobos, cultivos de cereales y leguminosas así como una amplia flora y fauna silvestre, ya que dejamos también ciertas áreas en su estado natural.
El objetivo de esta variedad de cultivos era en primer lugar mantener el paisaje de la Mallorca tradicional. Antiguamente, el monocultivo no existía. En las granjas tradicionales, había todo tipo de cultivos, y todos los recursos se reutilizaban, era un círculo agrícola: sembrar, cosechar, volver a destinar parte de la cosecha a la siembra del siguiente año. Este policultivo y la agricultura circular – adaptando el término de la economía circular, que hoy en día cobra tanta importancia en un intento de lograr un mundo más sostenible – son la base de la filosofía de la Finca Biniagual.
Si pasa por nuestras viñas en los meses de invierno y primavera, le llamará la atención que están muy verdes. La vegetación que crece en ellas es nuestro abono verde. Sembramos una mezcla de avena y habas en cada segunda línea de la viña y también en otros campos como en la plantación de almendros. Las semillas proceden de nuestra propia finca, son parte de la cosecha de cereales y leguminosas del año pasado – volviendo a sembrarlas, cerramos el círculo agrícola.
¿Y por qué sembramos cereales y leguminosas en la viña?
Este abono natural y ecológico aporta muchas ventajas a la viña. Las raíces de los cereales hacen competencia a las hierbas no deseadas en la viña -con lo que se evita el uso de los herbicidas. Ayudan a decompactar y oxigenar la tierra. Las leguminosas acumulan el nitrógeno del aire. En lugar de cosechar las leguminosas, se siegan y trituran in situ, introduciendo así este nitrógeno en la tierra. Esto es el abono propiamente dicho. En un siguiente paso, también añadiremos plantas crucíferas, como la mostaza, o phacelia, que con sus raíces fuertes y largas en forma de nabo ayudan a decompactar el suelo de forma más profunda.
Al mismo tiempo, estas bandas verdes, al igual que los setos de durillo o viburnum tinus que sembramos en medio y el los laterales de las viñas, fomentan la biodiversidad. Atraen fauna auxiliar a la viña, los enemigos naturales de las plagas como la cochinilla o el mosquito verde. Mariquitas, avispas y otros insectos de la familia de los himenópteros parasitoides son depredadores de estas plagas y por lo tanto nos ayudan a mantener un equilibrio en la viña y reducir el uso de los insecticidas.
El momento en que esta vegetación en la viña empiece a entrar en competición hídrica con la viña, es decir, cuando le quite agua a la viña, segamos estas líneas verdes. Dejamos las hierbas cortadas en el suelo a modo de mantillo, que protege la tierra manteniendo la humedad, aportando materia orgánica y al mismo tiempo también protege la fauna en el suelo.
¿Y por qué solo sembramos una de cada dos líneas?
Así mantenemos las otras líneas como calles de trabajo en las que podemos entrar con el tractor y realizar los trabajos necesarios. El próximo año, se sembrará el abono verde en las otras líneas, y así se va alternando.